Los agricultores franceses llevan a cabo un bloqueo que ha trascendido fronteras, causando un efecto dominó que llega a impactar a las empresas de transporte internacional en Castilla-La Mancha. El secretario general de la Confederación Regional de Empresarios de Castilla-La Mancha (Cecam), Mario Fernández, ha levantado la voz para señalar los “graves perjuicios” que esta situación está ocasionando a más de 500 empresas de la región.
Durante un desayuno informativo realizado en Toledo, al cual asistieron Fernández y el presidente de la patronal castellanomanchega, Ángel Nicolás, se hizo énfasis en la serie de retos a los que se enfrentan los transportistas castellanomanchegos. No sólo lidian con la dilatación de los tiempos de tránsito, sino que también deben contar las pérdidas relacionadas con la carga, en gran medida perecedera, que no llega a su destino en el estado requerido debido a las demoras.
Fernández destacó además la desigualdad que el bloqueo impone a los transportistas. Mientras que los franceses se mueven con libertad, los transportistas españoles se ven restringidos, lo que pone de manifiesto una situación de desventaja considerable en el panorama del transporte internacional.
Para añadir complejidad al escenario, el secretario general de la patronal castellanomanchega abordó también la crisis del Mar Rojo, resaltando cómo está influyendo negativamente en las empresas regionales. La necesidad de evitar las rutas que atraviesan la zona en conflicto ha generado un incremento en los costes de transporte, lo cual, advierte Fernández, acabará por repercutir en los precios finales de los productos e impactando directamente en las operaciones empresariales de la comunidad autónoma.
Este conjunto de desafíos remarca la interdependencia global, donde una disputa como la de los agricultores franceses puede desestabilizar el comercio y la logística de regiones enteras, con consecuencias directas sobre la economía y la vida cotidiana de trabajadores y consumidores.
